El Nacimiento de Jesús



HOLA NIÑOS! Dios les bendiga. Damos gracias a Dios, porque nos da nuevamente la oportunidad de realizar nuestro devocional Creciendo con Jesús, y seguir estudiando el libro más importante que existe, LA BIBLIA.
Hoy estudiaremos la  historia del nacimiento de Jesús. Aunque la historia es conocida, siempre tiene alguna nueva enseñanza que ofrecernos. Sabemos que la Palabra de Dios es un alimento fresco y nutritivo para nuestra alma cada vez que participamos de ella. No importa si hemos leído un mismo pasaje cien veces, ¡en cada oportunidad será como nuevo!  ¡cada vez que la Palabra de Dios llega, va a ser más preciosa! No descuides el estudio del pasaje de hoy porque ya lo conoce; también esta vez el Espíritu Santo tiene alguna nueva enseñanza que ofrecerte.

                EL NACIMIENTO DE JESÚS
José y María vivían en el pueblito de Nazaret, lejos de Belén. ¿Qué haría Dios para llevarlos a la aldea donde tenía que nacer su Hijo Jesús? Cuando se acercaba el tiempo para el nacimiento de Jesús, Dios hizo que el emperador romano, Augusto César, dictara una nueva ley. Él gobernaba sobre muchos países y quería saber cuántos habitantes había en su imperio, para que pagaran impuestos. Mandó que todos se registraran en el pueblo de donde eran sus padres y sus abuelos.
                   
                            El viaje a Belén

José y María tuvieron que ir a Belén. Fue un viaje muy largo. La aldea de Belén quedaba lejos de Nazaret. En ese tiempo no había trenes ni buses ni aviones. Todos los viajeros iban a pie o montados en burros. También así José y María. Como todos tenían que ir a registrarse al lugar de donde eran sus padres y abuelos, todos los caminos estaban llenos de viajeros. Después de muchos días de viaje, José y María llegaron a Belén. José estaba muy ansioso de encontrar un lugar para que María pudiese descansar. ¡Cualquier día podría nacer el niño! Belén era una aldea pequeña. Allí no había hoteles como en las ciudades de hoy. José fue a la posada del pueblo pero no había lugar para ellos. «¡No hay lugar!» dijo el dueño de la posada.
Como no había lugar en la posada tuvieron que hospedarse en un establo. Vivirían junto con los animales durante la estadía en Belén. Y allí, entre las vacas y los burros, nació el Rey Jesús.

José, María y Jesús
 Con todo cariño María lo envolvió en pañales y lo acostó en un pesebre . Su primera cama fue el lugar de donde comen paja los animales. ¡Esa noche Dios publicó la gran noticia! Como en esos tiempos no había radio ni televisión, ni celulares, Dios envió ángeles para dar la buena nueva .

 Nuevas de gran gozo
Los ángeles contaron la noticia a los únicos que estaban despiertos: ¡unos pastores que cuidaban su rebaño! Los pastores se asustaron; pero un ángel les habló: «No teman, porque les doy buenas noticias. En la ciudad de David, ha nacido un Salvador.Lo encontrarán envuelto en pañales y acostado en un pesebre.» 

Un coro de ángeles 
De repente apareció una multitud de ángeles que alababan a Dios. «¡Gloria a Dios en las alturas, y en la tierra paz, buena voluntad para con los hombres!». Los pastores apenas podían creer lo que acababan de escuchar. ¡Al fin Dios había enviado al Salvador!

La visita de los pastores
Vamos a Belén a ver lo que ha sucedido! –dijeron los pastores–. ¡Vamos! Ellos conocían los establos de Belén, y rápidamente encontraron a Jesús.Ofrecieron su adoración al Rey que había nacido. 

Los magos de Oriente 
Esa misma noche, Dios puso en el cielo una nueva y brillante estrella. En el lejano Oriente unos magos –hombres sabios– la observaron. –¡Debe de haber nacido un rey! –exclamaron–. ¡Vamos para ofrecerle nuestra adoración! Viajaron muchos días para llegar adonde estaba Jesús. Seguramente se sentían felices al ver que la estrella los iba guiando por el camino.

 Los magos ofrecen sus presentes
Un día la estrella se detuvo sobre una casa. Los magos tocaron la puerta y preguntaron por el rey que había nacido. Al ver a Jesús le ofrecieron su adoración y sus presentes: oro, incienso, y mirra.
Niños, Jesús es el gran regalo de Dios para ti y para mí. Ya han pasado más de dos mil años desde que Él nació en Belén y vivió aquí en la tierra para ser nuestro Salvador. 
Jesús es el mismo hoy. 
Así como amaba a los niños en esos días, los ama ahora a cada uno de ustedes.

VERSICULO PARA MEMORIZAR:




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